
George Nakash ofreció a su sobrino la posibilidad de trasladarse a Boston para asistir a las clases del retratista John H. Garo, al cual Karsh debe, además de su sólida formación, su amor por la pintura y por el arte en general. Más tarde, se instaló en Ottawa, donde abrió su propio estudio de retratos.
Muy pronto ganó una excelente reputación como retratista y contaba entre su clientela a eminentes personajes de la política, la ciencia y el arte.
En 1941 logró su irrupción en el ámbito internacional, gracias al famoso retrato de Winston Churchill.
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